Del negocio a la compañía profesionalizada

A veces ni los años que llevas trabajando en tu negocio, ni que seas de la segunda generación, te permiten nombrarla Compañía.  Ni siquiera contando el número de empleados, que no son pocos, te atreves a llamarle Organización. Y mientras reflexionas en cómo convertirlo en una compañía y asegurar su futuro, sigues trabajando sin descanso en tu taller o comercio…

El reto de cómo convertir un negocio con años de andadura en una compañía profesionalizada preparada para el crecimiento es muy común pero sin embargo es complejo, porque son muchos los años trabajando de una determinada manera y muy arraigada la tipología de relaciones internas que se han creado…

¿Y cómo vas a ayudarme?’, me decía el dueño, después de haber saltado por infinidad de temas abiertos sin cerrar, casi sin respirar: ‘¿de dónde saco yo el tiempo?’, ‘pero si estoy todo el día pegado al teléfono’, ‘es que todas las decisiones pasan por mi’ …

Ante aquella exposición difusa, había que definir antes de nada los puntos clave dónde se percibía una debilidad y preguntarnos juntos cómo podíamos resolverlo.  En su caso, eran los 5 puntos siguientes, seguro que muchos de ellos son comunes en otros negocios de ese tipo.

1º Definir las prioridades de la empresa en las que enfocarse y concretarlas en un plan de acción, exigiéndole un nivel de excelencia y consolidación antes de incorporar otras oportunidades. Como es imprescindible mantener la flexibilidad, en caso que se detectase una oportunidad, habría que evaluarla en función del beneficio potencial, su riesgo y la consistencia con la estrategia de crecimiento antes de añadirla.

Consolidar el equipo de trabajo adecuado: esto requiere tiempo y mano izquierda, porque en la mayoría de negocios de este tipo se han generalizado una serie de hábitos y habrá cierta resistencia al cambio. Por ello, es necesario involucrar al equipo, y asignar responsabilidades para que cada persona sepa qué se espera de ella. Más tarde, habrá que ir adecuando los salarios a esas responsabilidades y motivar a la consecución de las metas de crecimiento, incorporando incentivos al equipo.

Dejar de ser el único eje sobre el cual pivota la empresa: si todo pasa por una persona, por un lado, no tendrá tiempo para dirigir y coordinar porque está ejecutando y por otro, los demás evitarán tomar decisiones, algunas de las cuales son intrínsecas al puesto. ¡El empresario tiene que convertirse en un CEO! Algunas acciones que deberían tomarse:  

a.       Delegar algunas funciones y formar a las personas de confianza, y dedicarles tiempo para que cojan seguridad en sus nuevos roles.                  

b.     Mejorar la gestión del tiempo del empresario y definir los momentos concretos para atender al equipo, y sobre todo, ¡respetarlos!.

c.       Informar al equipo periódicamente sobre la evolución de la empresa y que tengan claras las prioridades.

4º  Profesionalización de la empresa, clave para llegar a ser una compañía: existen temas básicos que hay  que formalizar como salarios, reuniones, funciones y responsabilidades. También hay que separar las relaciones familiares: tiene que ser percibido que por encima de amigos y familiares están los objetivos de la empresa. Y por último, no olvidar que el  empresario debe convertirse en referente del cambio.

5º Siempre existe un tema que es el talón de Aquiles de la empresa. En muchos negocios, suele ser el tema financiero. Hay que tener este tema muy controlado, y si no se domina, es recomendable contratar la ayuda de un especialista, que evitará muchos problemas.

En definitiva, no pasa nada en quedarse en taller o negocio o comercio, es una opción respetable y garantiza un nivel de seguridad. El problema es querer ir más allá y no estar dispuesto o preparado para realizar las acciones que conlleva y quedarse en tierra de nadie. Como dijo alguien:      “hazlo o no lo hagas, pero no fracases intentándolo”

MI EXPERIENCIA EN 3 LINEAS:

EL RETO:     La dificultad de conseguir que el empresario tuviera tiempo para dedicarle al proyecto. Aunque él tenía muy claro que quería desarrollar el negocio, no sabía cómo ganarle tiempo al tiempo para empezar.

EL LOGRO:    Conseguir hacerle reflexionar sobre cómo solamente después de priorizar algunos temas, podría lanzarse y llegar a más.

EL APRENDIZAJE:   Gestionar las expectativas, la comunicación efectiva y construir relaciones interpersonales sanas son temas fundamentales para el éxito de este tipo de proyectos.

 

Cristina García-Masachs  –  CEO Softlanding

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