Como pasajera del asiento 19A (ventanilla), he disfrutado de un vuelo placentero y dinamizador, a bordo del Boeing 737 de Softlanding. En cuanto vi la expresión de confianza en el rostro de Cristina, la piloto, al subir al avión, me tranquilicé y supe que sería un vuelo agradable. Su entusiasmo ha sido fuente de motivación y me ha mantenido enganchada todo el vuelo, a pesar de los "deberes" que nos ha puesto, que he abordado con el mismo dinamismo que ella ha sido capaz de contagiar. Debo precisar que en este vuelo viajábamos varios pasajeros, con visiones y expectativas distintas y cuando atravesamos turbulencias, la piloto hizo acopio de su alegría y determinación y supo transmitir la confianza que necesitábamos. Me complació ver a la piloto al desembarcar del avión y recuerdo que pensé: "¡Tú sí que sabes!"

— MIRIAM FISAS, ASOCIADA CATALIZA

Como pasajera del asiento 19A (ventanilla), he disfrutado de un vuelo placentero y dinamizador, a bordo del Boeing 737 de Softlanding. En cuanto vi la expresión de confianza en el rostro de Cristina, la piloto, al subir al avión, me tranquilicé y supe que sería un vuelo agradable. Su entusiasmo ha sido fuente de motivación y me ha mantenido enganchada todo el vuelo, a pesar de los «deberes» que nos ha puesto, que he abordado con el mismo dinamismo que ella ha sido capaz de contagiar. Debo precisar que en este vuelo viajábamos varios pasajeros, con visiones y expectativas distintas y cuando atravesamos turbulencias, la piloto hizo acopio de su alegría y determinación y supo transmitir la confianza que necesitábamos. Me complació ver a la piloto al desembarcar del avión y recuerdo que pensé: «¡Tú sí que sabes!»

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