Sobrevivir al invierno

Parece mentira que no aun no habiendo pasado demasiado tiempo desde que nos incorporamos a las filas de la rutina, ya sentimos que las vacaciones forman parte de un periodo pasado. Ni siquiera las mencionamos en nuestras conversaciones y, si alguien nos pregunta, simplemente exclamamos: “¡uff, qué lejos quedan!”. 
 
Esto no sería un problema si no fuera porque, al cerrar la etapa, y zambullirnos en el (más o menos fastidioso) día a día, no hubiéramos dejado aparcadas también todas aquellas ideas que nos alegraron el verano y que podrían hacernos sobrevivir al invierno… 
 
Os invito a descubrir 5 sencillas recomendaciones, ilusionantes y viables, (como cualquier propuesta en Softlanding), que os ayudarán a recoger aquellas buenas intenciones, y transformarlas en algo real.
 
Allá van:
 

1. RECOGE UNA IDEA Y ATERRÍZALA:

Probablemente hace tiempo que te hace run-run una idea, un pequeño proyecto, una ilusión contenida, o no te sientes bien por no hacer algo. Aunque sea una tontería, se merece al menos un poco de tu tiempo para que valores si realmente te gustaría que fuera un realidad. Si es así, aunque no sea algo con un horizonte muy cercano, te recomiendo que des los primeros pasos y lo concretes un poco. Te acercará a descubrir hacia dónde podría llevarte. Y si no sabes por dónde empezar, no lo dudes, pide ayuda externa.

2. SUELTA ALGO (ONE IN/ ONE OUT):

No hay nada más frustrante que una interminable lista de cosas por hacer, aunque sean buenas o necesarias, incluso estratégicas. En lugar de inspirarte a llevarlas a cabo, lo que quieres es tacharlas de una vez, por lo que produce justamente el efecto contrario. Además, el mero hecho de ser una lista que incluye cosas más o menos importantes, provoca que las esenciales ni siquiera estén en primer lugar. ¡Y además justamente acabas de recoger una nueva idea…uff!. Por todo ello, antes de añadir nada, simplemente prueba a dejar de hacer algo. Ya verás como, sorprendentemente, ¡nadie se entera o no pasa nada!

3. CAMBIA TU PERSPECTIVA :

A veces ni tan siquiera es necesario estrenar algo nuevo, sino solamente cambiar la perspectiva. Por ejemplo, un pellizco de actitud positiva te ayudará a valorar mejor lo que tienes delante. Cuando mis clientes me hablan de sus trabajos, sus negocios, yo veo proyectos mega-interesantes, oportunidades para aprender, posibilidades de crecimiento…, pero claro, ello es porque para mi es nuevo y porque lo miro con otros ojos, sin matices y sin el cansancio que a menudo empaña el valor de aquellos proyectos de los que formamos parte. Te animo a escoger uno y desde el próximo lunes, contemplarlo con una nueva mirada.

4. DESCUBRE QUÉ HAY FUERA:

La rutina nos mata a casi todos: llegar a la oficina y ver las mismas caras, abrir automáticamente el ordenador y empezar a revisar correos, preparar los documentos para la reunión de cada martes, aguantar las manías de siempre de nuestro jefe…Te propongo hacer un reset y aprovechar que el entorno laboral se está flexibilizando para permitirte aprender fuera, evaluar la competencia, mirar referencias, asistir a charlas y conferencias interesante. No pongas la excusa de “no tengo tiempo”, ya que luego te darás cuenta que ello te hace ganar agilidad. Para poder hacerlo, no te pongas un objetivo ambicioso, y dale una frecuencia que puedas mantener con facilidad.

5. PIDE CONSEJO A OTRA GENERACIÓN:

Si cada maestrillo tiene su librillo, imaginaos la de formas diferentes que hay de atacar un problema o resolver un reto. Sin embargo, nos empecinamos en emular a Robinson Crusoe y lo intentamos resolver nosotros mismos. Como máximo, pedimos opinión a nuestro círculo más cercano de colaboradores. ¡Vamos a preguntar qué opinan otras generaciones!. Descubrirás además que los jóvenes te ayudarán encantados, porque a partir de los millenials, estas generaciones han crecido en la cultura de compartir, co-crear y opinar. Los más seniors, te aportarán exactamente eso, seniority: una visión desde la experiencia, desgranando lo importante de lo accesorio.     

¿Te atreves a dedicarte un tiempo y escribirlas?

Solo necesitas una hora sin interrupciones, en un lugar-refugio, y tener a mano un folio en blanco. Si no lo haces, no pasa nada, se convertirán en buenas intenciones, y se congelarán con el frío. Pero si lo haces, puede que algo quede y que incluso, consiga hacerte brillar durante el largo invierno.

MI EXPERIENCIA EN 3 LINEAS:

Por una vez, voy a saltarme mis “3 líneas” habituales – DESAFÍO, LOGRO y APRENDIZAJE – para compartir una pequeña lista de frases típicas, mías o prestadas, que repito como una abuela. ¡Quizás te ayuden!

  • Tic-tac-tic-tac = ¡no lo pienses, hazlo!
  • Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes
  • Prueba y ya irás ajustando  = Learning by doing
  • Escucha siempre, nunca sabes quién puede darte una buena idea.
  • Tú lo que necesitas es un softlanding

Cristina Garcia-Masachs, founder of Softlanding

Sin comentarios

PUBLICAR UN COMENTARIO