17 May One in, one out
Es muy gracioso de que a pesar de nuestras continuas quejas por hacer algo rutinario, (o por estar con alguien aburrido), cuando tenemos la oportunidad de dejarlo, nos acobardamos y nos aferramos a ello como un salvavidas.
Recuerdo una experiencia de hace muchos años que me marcó. Cada fin de mes y como parte del reporting a la Central, tenía que preparar un informe que me llevaba unos cuantos días de preparación: los datos estaban tan desperdigados que tenía la sensación de pasar la escoba. Cuando llegaba la fecha, se oía mi mascullar desde el fondo del departamento. Un día, mi jefe me dijo: “haremos una cosa: no lo envíes. Si nos lo reclaman, volveremos a hacerlo, pero si no, ya hiciste el último”.
Fue tan sencillo dejarlo, que incluso dudé. Pero gracias a ello, pudimos dedicar ese valioso tiempo a actividades de más valor. Con la energía que recuperé, me lancé a volar más alto y más feliz.
Y ese gran aprendizaje, ser capaz de priorizar y enfocar hacia lo que aporta más valor, dejar de hacer lo de siempre para llegar a más, es la máxima que hoy aplico con mis clientes en mis proyectos, ya sean emprendedores, que piensan que pueden con todo y que tienen aún poca experiencia y visión global, o empresas con más solera, donde la repetición y el paso del tiempo han generado algunas actividades que ya no suman y que, más bien, taponan el futuro.
Hoy me gustaría compartir unos cuantos consejos de cómo aplicar este ONE IN, ONE OUT del título. Con ellos, que buscan enfocar y concentrar esfuerzos en lo realmente importante, conseguirás mejores resultados y recuperarás la motivación, no solo la tuya, sino también la de tu equipo.
SÉ EL CAPITÁN, NO EL GRUMETE
Trabajamos con una lista enorme de mails sin contestar, de tareas por realizar o de nuevas actividades por iniciar. Siempre que vas a ponerte a ellas, o te interrumpen o ya ha volado la mañana y empieza otra reunión. Mientras tanto, esta lista se hace más y más larga…, ¡un día explotará!. En este contexto, es imposible terminar nada y, peor que eso, pierdes totalmente la perspectiva de lo que es realmente importante. Así que debes empezar a capitanear, también, tu día a día. Si no, dentro de poco te descubrirás dentro de una centrifugadora.
NO MIRES ATRÁS
Cuando estás analizando el pasado y componiendo la estrategia de futuro, lo mas difícil es renunciar a una parte del Plan que te habías propuesto, como les pasa a los escritores cuando deben borrar párrafos para que el relato tenga más fuerza. Te ha costado mucho llegar hasta aquí, energía y tiempo, y decir basta, o dejarlo para más adelante, siempre provoca una sensación de fracaso. Pero si no paras ahora, seguro que no llegarás, así que sé valiente y prioriza aquellos objetivos que más te necesitan. ¡No mires atrás!
DEJA EL BLABLABLÁ
Con el paso del tiempo, nos hemos ido relajando y hemos ido adoptando el estilo y las palabras que todos, en nuestra empresa, repiten: las bondades del producto, los valores, la innovación, la tecnología…Lo decimos incluso con el mismo orden, la misma melodía y los mismos adjetivos. Para quien te escucha, solo es un blablablá sin más. La verdadera fuerza del discurso, que está en ofrecer confianza y que se basa en tu autenticidad, se ha desvanecido. ¡Desconecta el “play” y vuelve a lo importante, lo sencillo, lo especial, sé tu mismo!
CONCENTRA TUS ESFUERZOS
Sabemos que no podemos agradar a todos, y sin embargo, en nuestros proyectos, nos cuesta decir "esto no es para ti". Lo más importante para convencer a nuestros futuros clientes es que se sientan especiales, y no lo serán mientras tu sigas incluyendo, por si acaso, a todos los demás, ya sea en tus acciones de comunicación o comerciales. Tienes que decidir quienes serán los primeros, aquellos clientes de valor a los que te vas a enfocar. Cuando ya los tengas convencidos, desde ahí, ya puedes pensar en el siguiente grupo. ¡Esto es una partida de ajedrez!
LO IMPORTANTE ES URGENTE
Cuando alguien nos dice que un proyecto es para dentro de tres años, no podemos evitarlo, inmediatamente desconectamos. Y es que vivimos en un mundo líquido, donde todo está sucediendo en este justo instante. De aquí tenemos que tomar un concepto relevante, el sentido de la urgencia. Para avanzar hay que tener cierta prisa, también para iniciar algo de cero o realizar los cambios a los que nos resistimos. Si no, la acción puede sumergirse en un mar de actividades diarias, reuniones o aquella larguísima lista de mails sin contestar.
MI EXPERIENCIA EN 3 LÍNEAS:
EL DESAFÍO
Ser capaz de decirles a mis clientes “esto deberías dejarlo porque no aporta”, ya que, en muchos casos, está muy arraigado en la organización.
EL LOGRO
"Dejarles marchar”. Hay clientes que siguen conmigo por rutina: porque llevo tiempo, porque ya formo parte de la casa…, pero ya han aprendido, y hay que saber despedirse.
EL APRENDIZAJE
Tenemos que valorar la existencia de la “ventana de utilidad”: aquel espacio de tiempo donde cabe un proyecto o una decisión importante. Esta ventana se abre y se cierra, así que mejor no demorarse.
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